A veces hay amores llenos de espinas que nos dejan el corazón lastimado, y nos obligan a tomar distancia para buscar un refugio y curarnos las heridas. Crecer también es saber retroceder a tiempo y decirle no a lo que nos puede hacer mal. En algunos casos renunciar no es cobardía, sino sabiduría de vida.
Ya llegará el tiempo de entregarse plenamente al amor.