Con el tiempo aprendí a darle importancia a las cosas que realmente lo merecen, aprendí a llamar problemas a los verdaderos problemas. No me interesa ni me afecta en lo más mínimo el resto, aprendí a reirme de mi mala suerte y seguir adelante pase lo que pase. Si todo lo que pasa me afecta, si cada problema lo exagero más, mi vida sería un completo desastre pero prefiero sonreirle a todo lo malo que me pasa y ser feliz. Se vive mucho mejor cuando todo te chupa un huevo, o casi todo.